Imagina a Juana Enriquez, la protagonista de nuestra historia en Sos, apurada porque ya ha sentido dolores de parto y corriendo por estas calles hasta llegar a la casa más principal de la ciudad: El Palacio de los Sada. Desde aquel día el destino del palacio quedó irremediablemente ligado a una figura: Fernando el Católico que fue el hijo de Juana Enriquez.

El palacio es descomunal, una fachada enorme de piedra de sillar en la que parece que no haya ni una sola junta. Es un trabajo de cantería estupendo. En él se alberga el Centro de Interpretación de Fernando II de Aragón y haces un recorrido por toda su interesantísima vida.

Dentro del Palacio, los Sada contaban con una pequeña capilla dedicada a San Martín de Tours. Este santo cuenta con gran devoción entre los Cincovilleses, en Uncastillo también tiene una iglesia en su honor. La capilla, a la que accedes en la visita al palacio, conserva la pintura mural gótica del siglo XV. Y en ella puedes ver un documental sobre la historia de Sos en los últimos mil años.

El documental cuenta la historia desde hace mil años pero la historia de Sos comienza mucho antes, de hecho se tiene constancia de la presencia de un pueblo celta los suessetanos en el siglo V antes de Cristo. No estás ante una ciudad cualquiera, Sos tiene mucha historia.

PISTA 3. PLAZA DE LA SARTÉN
Estás en la antigua judería de Sos. Los judíos fueron una parte fundamental del éxito económico y social de esta ciudad. Y su judería una de las más importantes de Aragón.

Pero fíjate en la contradicción. Los judíos de Sos que tanto contribuyeron al bienestar de la villa, que fueron vinateros Kosher, peleteros, tejedores y prestamistas sobre todo, fueron expulsados por el mismo rey al que vieron nacer. Muchos se convirtieron al cristianismo. Si recorres las calles Coliseo, Mentidero, la Luna y la Plaza de la Sartén verás algunas cruces talladas encima de un hueco en la entrada a las casas. Este hueco es dónde los judíos, al construir sus casas, ponían unos versículos de la Torá: la mezuzá. Si tiene una cruz encima es porque la familia se convirtió.

Sos está totalmente amurallado pero con el paso de los siglos, cuando la muralla perdió su función defensiva se fueron abriendo más puertas. En total hay 7 puertas en la muralla. Y este portal de la Reina es, según la tradición popular, por la que la reina Juana entró a Sos para el alumbramiento de Fernando II.

Es un portal que está flanqueado por una gran torre defensiva, con tres lados. Puedes ver su interior y adivinar donde descansaba la estructura de madera para subir a ella.

La plaza en Sos siempre ha sido el sitio con más ambiente de la villa. Y hoy en día lo continua siendo. Aquí y en sus alrededores encontrarás grandes lugares para tomarte un vino, echarte alguna tapa o comer de mesa y mantel. Además disfrutando de las vistas.

Antiguamente en los soportales de la plaza de la Villa se celebraba un mercado, acércate a un triángulo que hay en uno de sus pilares. Este hueco servía para poner una romana y pesar. Y al lado tienes una medida de vara jaquesa para medir telas e hilos.

San Esteban está en el punto más alto de Sos, encima de la Peña Feliciana. Y sus dimensiones impresionan. No es una iglesia normal. Se trata de una iglesia- fortaleza. Y tiene elementos constructivos típicos de un fortaleza defensiva como Loarre. Al templo se accedía por el claustro del Perdón. Es la parte más primitiva del templo. Se trata de un túnel- pasadizo construido en el siglo XI y por el que se entra a la cripta del Perdón que queda en medio.

La cripta del Perdón tiene unas espectaculares pinturas murales de Gótico Lineal del siglo XIV. ¿Qué te parece un rollo macabeo? Entra. Te van a sobrecoger. El espacio, el color y la arquitectura hacen que más que ver un cuadro vivas una experiencia.

Estás ante los restos más primitivos de Sos. Hasta el siglo XII Sos fue una plaza defensiva que contaba con un pequeño castillo y una iglesia anexa (la de San Esteban en su parte primitiva). Luego la ciudad contó con más población y el castillo fue reconvertido con alguna de sus torres a murallas. Del original solo nos queda esta tremenda torre. Desde ella puedes ver el infinito de las Cinco Villas: La sierra de Santo Domingo, la val de Onsella… Sube. Merece la pena verlo.